domingo, 4 de mayo de 2008
Relajación total
Me acabo de pasar todo el puente en Godos (Santa María de Godos, parroquía perteneciente al municipio de Caldas de Reis, de donde es originaria mi mujer). Como de costumbre, relajación total, ninguna preocupación, comer (2 kilos más como mínimo) y dormir sin parar. Vamos, que duermo sobre 10 horas, cuando en condiciones normales no paso de 4-5. Dicen que se debe a que no tengo ordenadores cerca. Pero, realmente, tengo un ordenador disponible allí. Lo que pasa es que no tengo Internet. Siempre puedo ir a casa de mi cuñado o a un Ciber, pero no es lo mismo, así que duermo como una marmota por que no tengo Internet. Siempre me había dicho que vivía mejor cuando no llevaba reloj (de aquella no había moviles), pero la verdadera felicidad consiste en no disponer de reloj, teléfono, periódico, radio, televisión ni ordenador con red, es decir, no tener noticia alguna del paso del tiempo. Y si a todo ello le sumamos actividades relajantes, como arrancar ortigas, pasar la desbrozadora o recoger piedras del suelo -todo un día haciendo eso-, se alcanza la meditación oriental, versión occidente galaico. Me permitirán que me repita de nuevo [...pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, pues el día que de él comieres, ciertamente morirás]. Esta descripción en el Génesis de nuestro pecado original podemos verla cada día, cada acción que vivimos y hacemos. Mediten, por favor, y si hace falta, dejen de leerme, que la red es muy estresante.
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