Con esto de las vacaciones estaba yo algo aburrido, así que decidí actualizar el Aspire One. Error muy grave; dejaron de funcionar las tarjetas de red, las dos, debido seguramente al cambio de kernel. Para que no fuera una sola cosa, decidí entonces cambiar el 8.04 de mi sobremesa de casa a 8.10, y así estropear los dos en una sola pasada (2 pajarracos de un solo tiro a quemarropa). El fin en este caso era destruirlo del todo y, con esa excusa, instalar de limpio 8.10 en un disco más grande. Para los que están todos asustados, copié primero Home (la parte interesante). Pero solo por fastidiarme, va Ubuntu y no se deja, se dejó actualizar perfectamente, 3 fallos finales con el Python Uniconvertor y varios cambios de configuración (limits.conf y otros) que fui admitiendo o negando según me parecía, lo reinicio y ...¡funciona! A esperar para poner el disco más grandecito que ya tenía preparado (500GB, nuevo y más rápido, al menos más buffer que el 160 que está ahora como disco de sistema). Tengo que buscar otra excusa. Voy a forzar el cambio a OpenOffice 3.0, a ver si con eso la jorobamos definitivamente. Y si con esas tampoco lo logro, me vengaré del ordenador con Windows y le voy a instalar Fedora 10, a ver como es.
PD. Previamente a esta batallita había cambiado por la fuerza aMule a la versión 2.2.2, pero a pesar de generar no se cuantos errores, Ubuntu seguía funcionando y aMule también. Con este Linux no hay manera de sabotear un ordenador
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