sábado, 8 de agosto de 2009
Uno de los países más avanzados del mundo, segunda parte
Pues debido a que no pudimos alquilar un coche, nos vamos en bus. Hay que chequear 30 minutos antes. Pesamos las maletas, montamos y arrancamos. A las 9:40 había otra parada, para cambiar de bus y recoger más viajeros; resulta que había 7 billetes de más vendidos. El conductor empezó echando a los dos últimos en entrar, sin más, diciendo usted y usted, fuera, hasta el nuevo bus. ¿Y cuando es?, pregunto una incauta. Respuesta, ni idea. Después el conductor quitó sus maletas de unos asientos, lo que hacía 2 plazas más y, removiendo gente, al final quedaba uno por echar. De repente contó los tickets y pensó que había una persona de más; se pasó media hora revisando uno a uno los tickets con cara amenazadora. Finalmente, por que de tanto mover los tickets ya no sabía cual era el último para echarlo a cajas destempladas pidió un voluntario, y se presentaron dos. Una vez solucionado eso y con 90 minutos de retraso, salimos. Al cabo de un rato y varias paradas en pueblecitos recogiendo paquetitos, en uno de ellos nos para un tío en el medio de la carretera, en bañador, diciendo que quería subir. Como había quedado un sitio, el conductor preguntó si podíamos esperar 15 minutos para recoger a esta persona y todos gritaron ¡¡NO!! Ante tal decisión unánime, salimos sin demora. Tras nosecuantas horas y paradas más llegamos, entramos en el hotel y me conecto a la red. Una Wifi banda anchísima. Empiezo a escribir un emilio y cuando lo intento enviar, como habían pasado 24 minutos, ya no me deja. La Wifi en cuestión te da 15 minutos y punto. Me voy a recepción y me dan un código para el uso de la red durante 24 horas. Eso si, es aun gratis, pero dice que te van a estar controlando por si mueves ficheros o consumes parte de la banda. Ni más ni menos. Estamos en el oeste, pero no en el XIX, aunque lo parezca. Mañana, más bus, o diligencia, como quieran llamarle. Aun no vimos a los indios ni a Custer, pero solo falta eso. Y esperemos que no seamos de los echados a cajas destempladas, que también puede ser.
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