Al leer esta noticia he sentido una especie de delirio persecutorio. Casi todos somos usuarios de las aplicaciones, sistemas, utilidades o como queramos llamarles de Google. Mi correo de trabajo está redireccionado a gmail, que se maneja mucho mejor; mi agenda es Google Calendar, sincronizada entre todas las máquinas, ordenadores, tabletas y móviles; este blog se escribe en blogger; cuelgo mis álbumes de fotos en el antiguo Picasa, hoy fusionado a Google+; esta entrada será redirigida a Google+; los GPS han sido olvidados por que Navigation en el móvil me sirve para lo mismo sin tener que actualizar; tengo varios dominios en Google, ...
Si lo vemos fríamente, ¿qué nos puede importar que WhatsApp sea adquirido por Google? Nada, por supuesto. Es más, casi me tranquilizaría. Sin embargo, como últimamente me/nos está entrando cierta sensación de que Google puede abandonar su estrategia abierta y empezar a parecerse a Oracle o Apple, cada compra que hace Google nos da una sensación de, al menos, vértigo. Veremos en que queda esta noticia.
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