Según puedo leer el la Wikipedia, Ubuntu nació para el mundo el 20 de octubre de 2004. Por aquel entonces yo era un usuario feliz de Windows XP. Eso sí, desde unos años antes había empezado a instalar software freeware o incluso GPL. De hecho, la mayor parte del software que usaba era GPL, pero ni sabía lo que era eso ni me importaba, la verdad; simplemente quería software gratuito. Sin embargo, la fecha/razón por la que escribo esta entrada es el 18 de octubre de 2007. En ese momento nacía para los usuarios de a pie Ubuntu 7.10, con Gutsy Gibbon como nombre, y con fondo de pantalla tal que este
De hecho, a pesar de que mucha gente se quejaba de los tonos marrones de Ubuntu, a mi me gustaba -y me sigue gustando- este fondo de pantalla. La verdad es que aprendí mucho el tiempo que usé Ubuntu, un tiempo de transición fundamental para todo usuario acostumbrado a años de idiotización informática debido al uso de un sistema como Windows. Sin embargo, todo grupo se acaba dividiendo según los intereses particulares. En mi caso fueron dos situaciones; la primera, una necesidad de un kernel que Ubuntu no acababa de incorporar; la segunda, el dolor de cabeza que supuso la aparición de Unity. Así que después de haber sufrido unos meses Ubuntu 10.10 Maverick Meerkat y el 11.04 Natty Narwhal, y a pesar de haberlo intentado de manera clásica y con Gnome shell, me pasé a Fedora 15. Desde aquella he utilizado Fedora, con algún intento de openSUSE y Debian.
Y todo esto, ¿para qué?; ¿qué aporta de nuevo a nuestros datos? Simplemente recuerdo mis inicios en Linux, hace unos 6 años (de octubre 2007 a octubre 2013) y quiero agradecer a Ubuntu lo que supuso para mi. Por supuesto, en estos momentos me da igual cuando vaya a salir la nueva liberación de Ubuntu o como se vaya a llamar, por que desde la versión 10.10 el camino de Ubuntu y el mío se han separado mucho. De hecho, lo que más me interesa es la liberación de Fedora 20, que según el calendario lleva una semana de retraso y lo tendremos en diciembre. A ver que decimos dentro de otros 6 años de las distribuciones de Linux, aunque dudo que lo que digamos se deba a Ubuntu.
PD. Sí, me he comido bastante bilis. Celebremos el día (mañana) y no tensemos el ambiente.
Mi primera distribución fue Red Hat 5.0 (que vio la luz a finales del año 1997).
ResponderEliminarSiendo ya usuario de Red Hat 6.0 decidí migrar a Mandrake, pero al poco tiempo, y como me parecían prácticamente idénticos, me cambié a Slackware.
Con Slackware tuve una relación amorosa de años, hasta que la creciente fama de Ubuntu acabó con tales sentimientos... y con Ubuntu 8.10 instalado en mi disco duro. Ubuntu (a veces Lubuntu) me acompañó hasta la versión 11.10.
Luego probé Fedora y OpenSUSE y, finalmente, el interés por temas relacionados con la seguridad me llevó a instalar BackTrack (actualmente Kali).
A día de hoy, mi netbook funciona con BackBox 3.09, mi portátil con Kali 1.0.5, y mi sobremesa con FreeBSD 9.2.
Revisando lo que acabo de escribir, advierto un comportamiento ciertamente errático que ya dura 16 años y que se agrava por momentos. También será que hay más donde elegir.
Un saludo (y tres ¡hurras! por la terminal de Linux).
Yo llevo menos tiempo y no he variado tanto. Además, me sería muy difícil tener tanta variedad, ya que para mi es, además de un divertimento, una herramienta de trabajo; necesito cierta estabilidad e igualdad entre máquinas. Ahora mismo, como ya he dicho, me baso en Fedora y reservo Debian para cuando todo falla.
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