Es solo un juego de palabras. Hasta hace unos días, siempre instalaba XFCE con Debian al arreglar ordenadores antiguos. Sin embargo, hay varias razones que me han conducido a utilizar una distribución y un escritorio diferentes. En primer lugar, llevo trabajando con Fedora tres años, desde la instalación de Fedora 16 Verne, así que las distribuciones deb están más lejos cada día de mi uso habitual. En segundo lugar, xfce no me acaba de gustar. Por último, siempre me ha gustado experimentar con los ordenadores de los demás; si fallo, aprendo, sin daño propio (esto que sea nuestro secreto). En resumen, he instalado en un AMD de unos 14 años y 1GB de RAM Fedora 20 con LXDE.
Ventajas:
- Muy ligera; para la iso sobra parte de un CD
- Instalación sencilla, ya que es anaconda instalando como siempre, y estoy acostumbrado, y muy rápida
- Repositorios de Fedora
- El ordenador funciona tan rápido como un i7 de 24GB de RAM y KDE (solo por exagerar)
Inconvenientes:
- De nuevo, muy ligera, es decir, solo trae Midori como navegador y goffice (abiword, gnumeric). La solución es instalar el resto.
Y para los amantes de las distribuciones completamente libres (reconocidas por la Free Software Foundation) se encuentra disponible Trisquel Mini, nacida en Vigo y con escritorio LXDE por defecto.
ResponderEliminarComo inconveniente, a pesar de tener un trisquel con 3 imágenes de Debian como logo, sus repositorios son los de Ubuntu, así que prefiero Fedora. Como bien sabes, en los últimos tiempos mi relación con Ubuntu es algo "tormentosa".
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